La silla eléctrica

Los sindicalistas Sacco y Vanzetti, algún mafioso amigo de Al Capone y hasta algún villano deforme salido de la tira del detective Dick Tracy murieron electrocutados en la temible y célebre silla, conectada a una línea de alta tensión, utilizada como máquina para matar por el Estado de Nebraska hasta la semana pasada. A principios de los años sesenta, Warhol se metió con el signo "silla eléctrica" y rastreó su significado en el periodismo policial y en el cine negro -también en el comic - producido en el gran país del norte. El publicista devenido en artísta pop comenzó a desarrollar lo que llamó “serie de las catástrofes”: sillas eléctricas repetidas una y otra vez, serigrafiadas en ocre, en rojo, en plateado; bombas atómicas, accidentes de autos, ambulancias chocadas con cuerpos destrozados saliendo por las ventanillas, rostros de fugitivos, de presos escapados. Warhol asume una conciencia social y crítica de los Estados Unidos de la era del soul y el funk, los viajes a la luna y de la guerra de Vietnam. Los artistas pop norteamericanos sospecharon sobre la existencia de la concurrencia de intereses en una sociedad racista y jerárquica. El cine experimental de Warhol narra perversiones de gente allegada a la moda, a la fotografía y a la música, relacionadas con la idea de celebración.

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